Hace muchos años, en un pequeño pueblo de España, vivía un chico llamado Carlos. Carlos era un joven y tenía una gran pasión por el fútbol. Desde que era un niñoSince he was a boy, le gustaba jugar en el campo con sus amigos. Siempre llevaba una camiseta de su equipo favorito,his favorite team el Real Madrid. También llevaba una chaqueta en los días fríos, zapatos deportivossporty shoes y, por supuestoof course, su gorra favorita.
Un día, Carlos se enteró de que iba a haber un partido de fútbol profesional en el campo de su pueblo.found out that there was going to be a professional soccer game at his town’s soccer field. Estaba emocionado porque su equipo favorito, el Real Madrid, iba a jugar contra el equipo de Barcelona. Carlos sabía que no podía perderse ese partidohe couldn’t miss that match, pero no tenía suficiente dineromoney para comprar una entradaticket.
Primero, Carlos pidióasked for el dinero de su mamá.
“Lo siento mi hijo, pero no tengo bastante dinero. Ese partido es muy caroexpensive.” Ella respondió.
Carlos decidió que necesitaba conseguir el dinero por sí mismoget the money by himself. Él puso en marcha un planput a plan in action. Sabía que había muchas tareas que podía hacer para ganarearn un poco de dinero. Empezó por hablar con sus vecinosneighbors. Les ofrecióHe offered them hacer pequeños trabajos, como cortar el césped, limpiar ventanas y ayudar con las compras. Poco a pocoLittle by little, Carlos ahorró el dinero que necesitaba para comprar una entrada al partido.
Después de mucho trabajo, justo un día antes del partido, Carlos finalmente tenía suficiente dinero. Corrió emocionado a la tienda de entradas y pidió su boletoticket.
“¡Un boleto para el partido mañana, por favor!”
“Ya no hayThere aren’t any left, joven”. explicó el trabajador.
“¡No puede ser!” Carlos gritó, y empezó a llorar.
Mientras lloraba, algunos futbolistas some soccer playersse acercaron a Carlos. Habían terminado su entrenamientoThey had finished their practice del día y estaban saliendo del estadio para volver a sus casas.
El trabajador explicó la situación a los futbolistas. “El niño ahorró todo el dinero, pero ya no hay boletos. Es una lástimaIt’s a shame”.
“Oye, Carlitos, ¿te gustaría mirar el partido en el campo con nosotros?” preguntaron los futbolistas.
“¡No!” respondió Carlos.
“¿Qué? ¿Por qué no?”
“Porque ustedes son de Barcelona. ¡Soy lealloyal al Real Madrid!”
Los futbolistas se rieronlaughed. “Está bien amigo, ¡adiós!”
Al día siguiente, Carlos recibió una llamada.
“Carlos, soy el entrenadorthe coach del Real Madrid. ¡Venga al estadiostadium!”
Rápidamente, Carlos se puso sus zapatos deportivos, su chaqueta y su gorra y se dirigió al estadio.
Carlos miró el partido en el campo, al ladobeside del entrenador. El partido resultó ser una batalla épicaturned out to be an epic battle de 90 minutos. El Real Madrid ganó el partido, y Carlos y todos los futbolistas del Real Madrid se abrazaronhugged each other al final.
Ese día, Carlos aprendió que la lealtad siempre vale la penaloyalty always pays off.